Mi viaje a Sri Lanka: guía de 21 días y consejos que nadie te cuenta
Si lo que quieres es desconectar en un país tranquilo y sin aglomeraciones, con playas de aguas cristalinas, comida deliciosa (y picante), templos, animales y naturaleza, confía en mí: Sri Lanka es lo que buscas.
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Sri Lanka es una pequeña isla en el océano Índico, justo al sur de la India. Un país hospitalario y acogedor con un valor histórico, cultural y natural que rezuma por todos lados. Si estás pensando en organizar un viaje a Sri Lanka, quédate a leer este artículo, porque después de más de tres semanas explorando el país, tengo todos los tips y consejos para ti.
Una amiga y yo decidimos hacer una escapada al sudeste asiático y dudamos sobre qué destino elegir (¿Tailandia? ¿Indonesia? ¿Vietnam?); así que, después de mucho investigar, nos decantamos por Sri Lanka. Para ser sincera, lo primero que me cautivó fueron los billetes de avión a precios bajísimos, pero lo que me enamoró fue todo lo que viví allí. Aquí te traigo, de primera mano, todo lo que me hubiera gustado saber antes de viajar. Coge papel y boli, que allá vamos.
Qué hacer en Sri Lanka en 21 días: los lugares imprescindibles
Cuando organizamos el viaje a Sri Lanka, decidimos tomarnos las vacaciones con calma y evitar correr de un lugar a otro intentando verlo todo. Queríamos disfrutar del viaje sin la presión de hacer un check de todos los monumentos o atracciones turísticas. Así que lo que encontraréis aquí es un itinerario relajado, con lugares imprescindibles pero también con destinos menos turísticos, pensado para disfrutar de cada momento.
FYI: nosotras estuvimos tres semanas (en febrero, justo después de la temporada de lluvias). Importante: recuerda que antes de tu viaje a Sri Lanka tienes que obtener el visado de turista (45€). Si quieres alargarlo más de 30 días, ten en cuenta que tendrás que hacerlo en Colombo.
Día 1: de Colombo a Chilaw
Después de nuestro viaje Barcelona-Abu Dhabi-Colombo, decidimos ir directas a Elegant Hamlets Homestay (30€ la noche), unos apartamentos con piscina privada donde reponer fuerzas después de la odisea de los aeropuertos. Uno de los alojamientos más bonitos de todo el viaje donde pudimos relajarnos, tomar el sol y hacer una clase de cocina con los anfitriones. Lo recomiendo 100%.
Día 2-4: Nochchiyagama y Anuradhapura
Nochchiyagama fue el pueblo donde decidimos pasar un par de noches para poder hacer un safari en el Parque nacional de Wilpattu, una de las reservas naturales más impresionantes, y menos masificadas, de Sri Lanka.
Para el precio que pagamos (unos 100€ por persona por traslado desde el hostel, desayuno, jeep, entrada y guía) fue un poco decepcionante la cantidad de animales que encontramos: ni un elefante ni un leopardo (aunque pudimos ver un oso, corzos, cocodrilos pequeños y muchos monos). Lo disfrutamos porque el guía fue encantador y nos explicó muchas curiosidades sobre fauna y flora, y el parque no estaba abarrotado, pero esperábamos más. ¡Quizá solo tuvimos mala suerte! 🙁
Nuestra siguiente parada fue Anuradhapura, una de las antiguas capitales de Sri Lanka y el centro de peregrinaje budista más importante del país. Lo mejor es alquilar una moto, bicicleta o tuktuk para poder moverte con libertad, ya que la ciudad es extensa y los sitios de interés están algo dispersos. No te puedes perder el Sri Maha Bodhi, uno de los árboles sagrados más venerados en todo el mundo budista, el Templo Ruwanwelisaya o el templo Isurumuniya, famoso por sus esculturas y frescos antiguos.
Día 5-8: Nilaveli
Nuestra siguiente parada fue Nilaveli, al norte de Trincomalee, en la costa noreste de la isla. Nos alojamos en el Vibushan Guest House (10€ la noche), otro alojamiento familiar recién renovado, a un paso de la playa de Nilaveli, con una relación calidad-precio estupenda. Es importante tener en cuenta que la elección de la zona (norte o sur) depende de la temporada, ya que las condiciones del mar varían bastante. Nosotros fuimos en temporada baja, por lo que disfrutamos de la zona sin apenas ver turistas pero, a pesar de estar fuera de la temporada de monzones, nos encontramos con marea fuerte y el agua algo removida.
Después de las mañanas de playa, decidimos ir a visitar Trincomalee y dar un paseo por el templo hinduista de Thirukoneswaram, justo al lado del mar, y el de Shri Badrakali Amman, uno de mis favoritos por su peculiaridad y su atmósfera interiores.
Día 9-10: Dambulla
Dambulla es una ciudad famosa por dos de sus principales atractivos turísticos: el Templo de Oro y Sigiriya.
El Templo de Oro de Dambulla es uno de los complejos de templos más importantes y mejor conservados de Sri Lanka. Está situado sobre una colina y consta de cinco cuevas que han sido transformadas en templos budistas, con estatuas, frescos y pinturas que datan de más de 2000 años atrás (entrada: 1500-2000 LKR / 7-10€). Fue una excursión muy bonita, y como premio, nos refrescamos con un coco al terminar.
En lugar de subir a la emblemática Roca de Sigiriya que todos hemos visto en fotos, podemos ahorrarnos los 4000-5000 LKR (25€ aprox.) y decantarnos por visitar Pidurangala Rock, mucho más económica (500-600 LKR / menos de 2€) y que nos ofrece vistas privilegiadas de Sigiriya. Desde allí, disfrutarás de vistas privilegiadas de Sigiriya. Si madrugas lo suficiente, podrás subir para ver el amanecer desde este increíble mirador.
Día 10-12: Kandy
Tras coger un autobús de tres horas, llegamos a Kandy. Después de dejar las mochilas en el hostel, nos fuimos a pasear por el centro de la ciudad, llena de paraditas donde comprar productos locales y algunos souvenirs. También visitamos el Jardín Botánico de Peradeniya, con más de 60 hectáreas que albergan 4000 especies de plantas (y una colección de orquídeas maravillosa). Para disfrutar del paseo sin prisa, recomiendo dedicarle 3-4 horas.
Y atención a todos los que queráis coger el famosotren panorámico de Kandy a Ella: para conseguir billetes es recomendable reservarlos con antelación o comprarlos días antes en las taquillas de la estación, ya que se agotan rápidamente. Si no habéis conseguido billete y queréis aseguraros de tener asiento durante las casi 7 horas de viaje, mi recomendación es levantarse muy pronto y coger el tren en una estación antes de llegar a Kandy, en Peradeniya, y así evitar las aglomeraciones turísticas. El billete de tercera clase es muy asequible: 300-500 LKR (1,5€).
Día 12-14: Ella
En cuanto a Ella, fue el destino que menos nos convenció, ya que es el epicentro del turismo en el sur y nos cogió algo por sorpresa al venir del norte, donde la tranquilidad es más evidente. Sin embargo, si lo que te apetecees salir a disfrutar de cócteles de arrack (licor de coco local) y bailar un poco, Ella es la ciudad ideal para hacerlo.
Dedicamos una mañana a visitar la plantación de té de Ella Organic Tea Garden, y fue una experiencia maravillosa. Una familia local organiza tours por su terreno, donde explican con pasión cómo cultivan el té, además de realizar una pequeña cata de téincluida en el precio (9€ por persona). ¡Parada obligatoria!
En Ella hay muchas opciones para explorar la naturaleza. Entre las más destacadas están la cascada Kuda Ravana Ella, o las rutas como la subida a Little Adam’s Peak o al famoso Ella Rock.
Día 15-18: Tangalle
Y decidimos dedicar nuestra última semana a las playas de la costa sur de la isla, empezando por Tangalle. Sri Lanka es un país caluroso y húmedo en el que amanece y anochece pronto, sobre las 18:30h. Lo mejor es levantarse temprano (sobre las seis de la mañana) para aprovechar las horas de menos calor y andar, ir a la playa y hacer snorkel sin deshacerse. A media mañana, haz una pausa. Descansa, come algo y vuelve cuando baje un poco el sol, sobre las 16:30h.
¡Ojo! Ten en cuenta que Tangalle es una zona turística y que los locales intentan aprovecharse y sacar dinero al extranjero así que, como siempre, regatea: que no te cobren más de 450 LKR por un coco y que no te hagan pagar por usar una tumbona.
Día 19-21: Hikkaduwa
Y, tristemente, llegamos a nuestro último destino de nuestro viaje a Sri Lanka: Hikkaduwa. A pesar de ser una ciudad turística, al igual que muchas otras en la costa del sur, nosotras encontramos Coco Cabana Hikkaduwa, un alojamiento bonito y barato, equipado con cocina y apartado del centro que nos encantó (aunque para ir y volver del centro tienes que alquilar una moto sí o sí).
En Shaminda Water Sport, justo al lado de la playa de Hikkaduwa, alquilamos gafas y tubos por precios increíblemente bajos en comparación con otros lugares de la costa: sólo 250 LKR (menos de un euro) por tres horas. En esa misma playa pudimos ver los arrecifes de coral y nadar con multitud de peces de todos los colores y tamaños.
Día 22: ¡De vuelta a Negombo!
Joyas escondidas de Sri Lanka
Como viajera experimentada (llevo viajando sola desde hace más de 10 años), he aprendido que algunos de los lugares más impresionantes y auténticos de un país son aquellos que no están en las guías turísticas. Aunque muchos turistas se centran en los destinos más conocidos, como Sigiriya, Colombo o las playas de Mirissa, hay un sinfín de rincones ocultos que no puedes pasar por alto.
Joya 1: Kululkatuwa Wewa
Durante nuestra estancia en Nochchiyagama, tuvimos la suerte de conocer unos locales que nos llevaron a descubrir una auténtica joya: ellago Kululkatuwa Wewa. Lo que hace especial a este lugar es su ubicación, justo en la frontera del Parque Nacional de Wilpattu. Si lo visitas al atardecer, en silencio, puedes ser testigo de una escena mágica: elefantes y búfalos de agua acercándose al lago para beber. Fue una experiencia de ensueño, que realmente recomiendo vivir, siempre con respeto hacia los animales y su hábitat.
Joya 2: la reserva forestal de Sinharaja
Si te encanta la naturaleza en su estado más puro, Sinharaja es un lugar que no te puedes perder. Esta selva tropical virgen, Patrimonio de la Humanidad, es un refugio para especies endémicas (¡más del 60% de los árboles lo son!).
Caminar entre estos árboles gigantes, escuchar los sonidos de la fauna (aves, mamíferos, reptiles e insectos) y perderse por sus senderos es una experiencia única. Si tienes tiempo, te recomiendo hacer una caminata guiada para descubrir los secretos mejor guardados de este increíble bosque. La entrada cuesta 1500 LKR (menos de 5€), una auténtica ganga para lo que vas a vivir.
Joya 3: observar la puesta de huevos de las tortugas marinas
Olvídate de las típicas “turistadas” que encontrarás por toda la isla, donde se paga por la observación de la puesta de huevos de las tortugas marinas. Muchos de estos lugares buscan más sacar dinero al turista que hacer un trabajo real por la conservación de los animales (aunque no todos, claro: algunas organizaciones, como Wellabada Sea Turtles Hatchery, hacen un trabajo admirable cuidando el hábitat y respetando a las tortugas). El único requisito para vivir esta experiencia es, además de algo de suerte, que tu viaje coincida con laluna llena.
Durante nuestra estancia en Tangalle, aprovechamos una noche clara de luna llena y, alrededor de las21:00h, decidimos dar un paseo nocturno por Goyambokka Beach. La playa, casi a oscuras y con dos o tres chiringuitos vacíos, era el lugar perfecto para relajarnos y escuchar las olas.
Cual fue nuestra sorpresa cuando unos locales, en voz baja, nos pidieron que los siguiéramos en silencio. A unos 8 metros de nosotras, ¡una tortuga marina estaba poniendo sus huevos! Fue una experiencia única ver cómo depositaba los huevos, los tapaba con cuidado y luego se dirigía al mar, dejando la superficie perfectamente camuflada, como si nada hubiera pasado.
Presenciar ese momento, como dos afortunadas y no como turistas pagando por un espectáculo, fue absolutamente increíble.
Según nos comentaron, es relativamente fácil ver tortugas saliendo del mar durante las noches de luna llena, sólo necesitas un poco de paciencia y, claro, suerte.
Joya 4: Blue Beach Island
Para llegar a Blue Beach Island, en Nilwella, tendrás que hacer una pequeña caminata que cruza el mar. Cuando la marea está baja, el camino aparece como por arte de magia, y podrás andar tranquilamente por el agua y disfrutar de las vistas impresionantes del paisaje mientras te acercas a la isla.
Una vez llegues a la isla, estarás en un pequeño paraíso apartado del bullicio, con una playa tranquila donde puedes relajarte, leer un buen libro o investigar el fondo marino. Si eres fanático del snorkel, este lugar es como un sueño hecho realidad.
Dónde comer en tu viaje a Sri Lanka
La variedad gastronómica en Sri Lanka no es súper extensa, pero sí que es deliciosa. Eso sí, hay que tener una cosa en cuenta: la comida es picante. Si no eres fan no hay problema, en la mayoría de sitios adecúan la cantidad de especias dependiendo de tus gustos, pero estoy segura de que alguna sorpresa te vas a llevar…
Mi tip para combatir el picante, aunque no sea muy local, es tomar un lassi mientras comes. El lassi es una bebida que se hace con yogur y la fruta que prefieras, en mi caso, mango. Ayuda a rebajar el picante, es asequible (unas 500 LKR / 1,50€) y está buenísima.
Nosotras comimos muchísimo curry —a veces picante, a veces no, pero al cabo de los días se te va acostumbrando el paladar…—, y recomendamos encarecidamente probar todas sus variedades: de calabaza, de pollo, de gambas, de lentejas, de cerdo, de mango, de calamares… Las opciones son infinitas, y, en general, vienen con arroz, papadam, verduritas varias, coconut sambol y, si tienes suerte, un poco de ensalada (tu boca va agradecer un poco de frescura).
Mi restaurante favorito de todo mi viaje a Sri Lanka. De hecho, nos gustó tanto que decidimos repetir dos días seguidos. Se trata de un pequeño negocio familiar, a 6 minutos andando de Silent Beach, ideal para reponer fuerzas después de un día de playa. Comimos curry de calamares —los 45 minutos que tuvimos que esperar merecieron la pena—, gambas y pescado a la parrilla, acompañados, por supuesto, con un buen zumo de papaya. Precio por persona: 3.000 LKR (unos 10€).
Encontramos de casualidad este modesto restaurante. Nos llamó la atención que la dueña estaba con su nieta alimentando a un pajarito en el porche, así que nos acercamos y, después de ver que los precios eran asequibles (8€ p.p.), tomamos asiento. Comimos un atún a la parrilla con ensalada y arroz y un deviled chicken (pollo con verduras, jengibre y curry) espectaculares.
En este local comimos el mejor kottu de todo el viaje. El kottu es el plato estrella de Sri Lanka y se hace con roti (un tipo de pan típico del sur de Asia), que se corta en trozos pequeños y se mezcla con diversos ingredientes como verduras, pollo, gambas, etc. Y, para terminar, un mango lassi. ¿Qué más se puede pedir? (5€ p.p.)
Consejos para tu viaje a Sri Lanka: lo que no te cuentan
Para no dejarme nada en el tintero, aquí van los últimos consejos para que disfrutes de Sri Lanka sin sorpresas de última hora:
Regatea siempre. Es una costumbre muy común y una forma efectiva de conseguir precios justos.
No te olvides de la crema solar. Si puedes, tráela desde casa, porque en Sri Lanka es mucho más cara que el resto de productos.
Recuerda que es un país mayormente budista. Los tatuajes de Buda se consideran una ofensa, así que, para evitar herir la sensibilidad de los cingaleses, es mejor cubrirlos.
No te fíes de los alojamientos o locales que afirman tener conexión Wi-Fi: el Internet funciona una de cada cinco veces. Eso es un problema, sobre todo si tienes que consultar mapas, reservar entradas o buscar restaurantes. Yo me decanté por la opción más cómoda para tener datos en cualquier lado: contraté una eSIM con datos ilimitados con HolaFly, aunque hay otras opciones como Simyo y Airalo, que también ofrecen planes internacionales con buena cobertura en Sri Lanka. Para mí, es mi eSIM de confianza que uso siempre que viajo fuera de España, y definitivamente una gran eSIM para Sri Lanka.
Consejos para moverse de un lado a otro
Hay que tener en cuenta en tu viaje a Sri Lanka que esta una isla conectada por una red de transporte público ni muy rápida ni muy eficiente, pero sí con muchas opciones (autobuses y trenes) que permiten apañárselas para ir de un lugar a otro. Nosotras nos desplazamos la mayor parte del tiempo en autobús, que no es lo más cómodo del mundo pero sí que te lleva a todos lados (y es barato).
Si conduces, te recomiendo alquilar una moto nada más llegar a cualquier ciudad. De este modo, podrás explorar los alrededores a tu ritmo y no depender del tuktuk. Con el calor constante (es decir, casi siempre), no siempre apetece caminar, así que te agradecerás el airecito mientras conduces.
El tráfico puede parecer caótico, pero los locales suelen conducir con calma y cuidado en medio de la jungla de vehículos. Además, dependiendo de la zona, puedes alquilar una moto por unos 1600 LKR (alrededor de 5€) al día o incluso menos. Como ya te he comentado, el mantra para tu viaje a Sri Lanka que no puedes olvidar: ¡regatea!
Para trayectos más largos o si prefieres algo más rápido y cómodo, puedes alquilar un taxi privado o usar Uber o PickMe. A nosotras nos salvó más de una vez.
Mapa interactivo
Y, como regalo, aquí te dejo un mapa interactivo con todos los lugares que mencioné en este artículo, para que puedas organizar la ruta de tu viaje a Sri Lanka con facilidad. Y no olvides un consejo de viajera experimentada: para moverte sin problemas por la isla, asegúrate de contar con datos móviles. Mi recomendación es usar una eSIM como la de Holafly. ¡Es una opción súper práctica e infalible para mantenerte conectado durante tu aventura!
Books, 3-hour-breakfast, flowers, messy buns, winter, sun, long walks, bread with every meal, the sea and a big cup of tea... I'm a freelance editor based in Barcelona who scapes from the city as much as I can (and always in the mood to find the best local food wherever I go!)
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