En esta guía te explicamos a fondo el funcionamiento de la tarjeta SIM Claro Colombia. Abordamos cu...
Tarjetas SIM
Pequeña, dorada y casi invisible, la tarjeta SIM lleva más de 30 años siendo el pasaporte digital de nuestros móviles. Sin ella, no podríamos ni enviar un mensaje ni abrir Google Maps. En este artículo te contamos qué es una tarjeta SIM, cómo funciona, sus tipos, y cómo ha evolucionado hasta llegar a las nuevas eSIM que ya usan los móviles más modernos.
Vivimos rodeados de dispositivos conectados, pero pocas veces pensamos en el pequeño chip que lo hace posible. La tarjeta SIM, esas siglas que hemos visto mil veces sin detenernos a descifrar, es el verdadero corazón de la conectividad móvil. Sin ella, tu teléfono sería solo un trozo de metal y cristal incapaz de comunicarse con nada ni con nadie.
La SIM (Subscriber Identity Module) guarda tu identidad dentro de la red: quién eres, con qué operador trabajas y a qué servicios tienes acceso. Es, literalmente, el DNI digital de tu móvil.
Gracias a ella puedes llamar, enviar mensajes y navegar por internet en cualquier parte del mundo.
En esta guía encontrarás todo lo que necesitas saber sobre la tarjeta SIM: qué es, cómo funciona, sus componentes, diferencias con la eSIM y consejos de seguridad.
Una tarjeta SIM (del inglés Subscriber Identity Module, o Módulo de Identidad del Suscriptor) es un pequeño chip insertado en tu teléfono que identifica tu dispositivo ante la red móvil de tu operador. En otras palabras: le dice a la compañía “este soy yo, y este es mi plan de servicio”.
Imagina que es como tu pasaporte móvil. Cuando insertas una SIM en tu teléfono, el operador valida tu identidad y te da acceso a llamadas, mensajes y datos. Sin esa autorización, tu dispositivo no podría conectarse a la red.
Además de identificarte, la SIM almacena información esencial:
Este pequeño chip también mantiene tu conexión activa cuando cambias de país o de red. Por eso existen tarjetas SIM internacionales o locales: se adaptan al operador de destino para que sigas conectado sin depender del WiFi o del roaming.
Y si te preguntas por qué sigue siendo relevante en plena era digital, la respuesta es simple: sin SIM (o sin eSIM), no hay red móvil, ni internet, ni llamadas. Así de básico, y así de importante.
Puede parecer magia, pero detrás de ese simple gesto de encender el móvil hay un proceso muy preciso. En cuestión de segundos, tu tarjeta SIM se comunica con la red de tu operador, valida tu identidad y establece la conexión que te permite llamar, enviar mensajes o usar datos.
Imagina que viajas a otro país y compras una tarjeta SIM local. Al insertarla, tu móvil deja de conectarse a tu operador original… y pasa automáticamente al nuevo. Esto ocurre gracias a esa comunicación silenciosa entre tu SIM y la red extranjera, que reconoce tu identidad como nueva dentro del sistema.
En cuestión de segundos, puedes volver a usar WhatsApp, mapas o correo sin depender del WiFi del aeropuerto.
A simple vista, una tarjeta SIM parece un trozo de plástico con un pequeño chip dorado.
Pero dentro de ese chip hay un microcontrolador completo, con memoria, procesador y un sistema operativo básico. En otras palabras: tu SIM es un miniordenador dedicado a identificarte y proteger tu conexión.
¡Vamos a desmenuzar sus partes principales!
El chip dorado que ves en la superficie contiene el microprocesador y la memoria donde se guardan todos los datos importantes: tu número de teléfono, claves de autenticación, contactos y mensajes.
Funciona como la memoria interna de tu móvil, pero especializada en mantener tu identidad y seguridad dentro de la red.
Son las pequeñas zonas doradas visibles en la parte superior. Actúan como puntos de conexión entre el chip y tu teléfono. Cuando insertas la SIM, esos contactos transmiten energía e información al dispositivo, permitiendo la comunicación con el sistema operativo del móvil.
Dentro del chip hay tres tipos de memoria:
Esta combinación permite que la SIM recuerde tu información incluso cuando el móvil está apagado.
Cada tarjeta incluye una serie de identificadores únicos que la hacen irrepetible:
Código | Nombre completo | Función principal |
IMSI | International Mobile Subscriber Identity | Identifica al usuario dentro de la red del operador |
ICCID | Integrated Circuit Card Identifier | Es el número de serie de la tarjeta (suele ir impreso) |
PIN / PUK | Personal Identification Number / Personal Unblocking Key | Protegen el acceso a la SIM y permiten desbloquearla |
Ki (clave de autenticación) | — | Código secreto que permite la comunicación segura con la red |
Activar una tarjeta SIM es un proceso rápido, aunque los pasos pueden variar según el país o el operador.
En general, solo necesitas insertarla, encender el móvil y seguir las indicaciones que aparecen en pantalla. Aun así, conviene conocer el proceso completo para evitar errores o bloqueos.
Puedes obtenerla:
Si viajas, puedes optar por una SIM internacional o tarjeta local prepago, que te evitará pagar roaming y suele activarse de forma casi inmediata.
Tip: asegúrate de insertar la tarjeta con el chip dorado hacia abajo y el móvil apagado para evitar errores de lectura.
Una vez encendido, el teléfono detectará la SIM automáticamente.
Es posible que te pida introducir el código PIN (suele venir en el soporte de la tarjeta).
Después de validarlo, el móvil se conectará a la red de tu operador y mostrará el nombre de la compañía en la parte superior de la pantalla.
Prueba a hacer una llamada, enviar un SMS o abrir una página web con datos móviles.
Si todo funciona, ¡tu SIM ya está activa!
En algunos casos (sobre todo en SIMs internacionales o recién compradas online), puede tardar hasta 24 horas en registrarse completamente en la red.
Imagina que compras una tarjeta SIM prepago en el aeropuerto.
La insertas en tu móvil, introduces el PIN y, en segundos, el teléfono muestra cobertura local.
¡Ya puedes usar WhatsApp, Maps o tu app del banco sin depender del WiFi!
Tu tarjeta SIM no solo guarda tu número de teléfono: también contiene claves y datos que te identifican dentro de la red móvil. Si alguien accede a ella sin permiso, podría usar tu línea o incluso intentar acceder a tus cuentas que usan el número como verificación.
Por eso, proteger tu SIM es tan importante como proteger el propio móvil.
La mayoría de las tarjetas vienen con un PIN (Personal Identification Number) preasignado, que debes introducir cada vez que enciendes el móvil.
Es una primera capa de seguridad: si alguien roba tu teléfono, no podrá usar tu línea sin ese código.
Consejo Roami: cambia el PIN por uno que recuerdes fácilmente, pero evita números obvios como “0000” o “1234”.
Si te roban o pierdes el teléfono, actúa rápido:
En España, la mayoría de operadores (Movistar, Orange, Vodafone, Yoigo, etc.) permiten hacerlo desde su app o web, sin tener que ir a una tienda.
Si introduces el PIN mal tres veces, la SIM se bloqueará por seguridad. En ese caso, necesitarás el código PUK (Personal Unblocking Key), que viene en el soporte original de la tarjeta o puedes solicitar a tu operador.
Ojo: Introducir mal el PUK también puede inutilizar la SIM de forma permanente, así que asegúrate de tenerlo guardado en un lugar seguro.
No todas las tarjetas SIM son iguales. Aunque su función básica es la misma (identificarte en la red móvil), el tamaño, la capacidad y la tecnología han cambiado mucho desde los primeros teléfonos hasta los smartphones actuales.
Hoy en día podemos hablar de cuatro formatos principales: mini SIM, micro SIM, nano SIM y eSIM.
Cuando los móviles empezaron a popularizarse en los 90, las tarjetas SIM eran tan grandes como una tarjeta de crédito.
Con el tiempo, los fabricantes redujeron su tamaño para dejar más espacio a la batería, la cámara o el procesador, hasta llegar a la nano SIM, que es la que usan la mayoría de los smartphones actuales.
Y ahora, la evolución natural es la eSIM, una versión digital que ya no necesita chip físico y que se instala directamente en el teléfono mediante un código QR.
Tipo de SIM | Año de aparición | Tamaño aproximado | Uso actual | Compatibilidad |
Mini SIM (2FF) | 1996 | 25 × 15 mm | Muy limitada | Teléfonos antiguos o básicos |
Micro SIM (3FF) | 2003 | 15 × 12 mm | En desuso | Modelos anteriores a 2014 (iPhone 4, Galaxy S3) |
Nano SIM (4FF) | 2012 | 12,3 × 8,8 mm | Estándar actual | Smartphones modernos (Android y iPhone) |
eSIM (embedded SIM) | 2016 | Sin chip físico | En expansión | Dispositivos nuevos y wearables |
La tecnología móvil no deja de evolucionar, y la tradicional tarjeta SIM está dando paso a su versión digital: la eSIM (embedded SIM). Ambas cumplen la misma función (identificarte ante la red y permitir la conexión), pero lo hacen de forma distinta.
La SIM física es el chip que insertas en tu móvil, mientras que la eSIM ya está integrada en el dispositivo y se activa escaneando un código QR. Nada de bandejas ni piezas pequeñas que se pierden: todo se gestiona por software.
Característica | SIM física | eSIM (embedded SIM) |
Formato | Tarjeta extraíble (nano SIM o similar) | Chip integrado en el móvil |
Activación | Manual, insertando la tarjeta | Digital, escaneando un código QR |
Cambio de operador | Requiere nueva tarjeta | Instantáneo desde ajustes |
Número de perfiles | Uno por tarjeta | Varios perfiles en un solo dispositivo |
Uso en viajes | Necesita cambiar SIM o usar dual SIM | Ideal para viajar, se descarga al instante |
Compatibilidad | Todos los teléfonos | Modelos recientes (iPhone, Samsung, Pixel, etc.) |
Para que te hagas una idea, aquí te resumimos los pros y contras de las dos:
Si usas un móvil moderno y viajas con frecuencia, la eSIM te facilita la vida: puedes activar una línea local en segundos sin perder tu número principal.
Pero si tu teléfono no es compatible o prefieres algo tangible, la SIM tradicional sigue cumpliendo perfectamente su función.
Consejo Roami: muchos viajeros combinan ambas (SIM física para llamadas y eSIM para datos internacionales). Así evitan cambiar de número y tienen internet desde el minuto uno al aterrizar.
Y, por si te queda alguna duda, aquí te resolvemos las preguntas más frecuentes sobre la tarjeta SIM:
Nada grave: puedes sacar tu SIM e insertarla en otro teléfono compatible, y conservarás tu número, tus contactos y tu plan de datos. Solo asegúrate de que ambos dispositivos usan el mismo formato (por ejemplo, nano SIM) y de reiniciar el nuevo móvil después de insertarla.
Depende de tu tarifa.
Si tu operador incluye roaming internacional, podrás conectarte sin problema, aunque los costes pueden ser altos fuera de la UE.
La alternativa más práctica es comprar una SIM local o una eSIM internacional con datos para viajar.
Consejo Roami: revisa siempre si tu operador ofrece roaming gratuito dentro del Espacio Económico Europeo antes de viajar.
No tiene una fecha de caducidad física, pero las operadoras suelen desactivarlas si pasan varios meses sin uso o recarga (normalmente entre 3 y 12 meses). Para mantenerla activa, basta con hacer una llamada o enviar un mensaje de vez en cuando.
Una SIM bloqueada no puede conectarse a la red del operador hasta que se introduzca el PIN o PUK correcto. Si introduces el PIN tres veces mal, se bloquea por seguridad.
El código PUK (que puedes recuperar desde la app o web de tu operador) sirve para desbloquearla.
Son cosas distintas:
Sí. Muchos modelos actuales son Dual SIM, lo que permite usar dos líneas al mismo tiempo (una física y una eSIM, o dos físicas). Perfecto para separar trabajo y vida personal, o para usar una línea local en tus viajes.
Ambas usan el mismo tipo de tarjeta, así que puedes cambiar de modalidad sin cambiar de SIM.
Prueba lo siguiente:
Si ahora que ya sabes que es una tarjeta SIM estas interesado en utilizarla durante tus próximos viajes. Te recomendamos algunos artículos relacionados a como adquirir una.